No es eltiempo el que pasa,
soy yo la que perdura.
Adherida a las cosas,
a mi mundo, a mi sueño.
Es mi cuerpo el que viaja,
el que ignora a su dueño,
y se fuga, y lo sigo,
amarrada a la oscura
relación que mantienen
mi cabeza y mi corazón.
Invento un tiempo dócil,
y un fragil protocolo
que no engaña a mi astucia.
El tiempo aguarda, quieto,
su espesor no se nota,
escondido en las grietas,
los dolores, las ruinas.
Los objetos me observan,
absolutos,extraños.
Y apresando lo eterno
me otorgan la derrota,
y la palabra exacta
para nombrar los años.
soy yo la que perdura.
Adherida a las cosas,
a mi mundo, a mi sueño.
Es mi cuerpo el que viaja,
el que ignora a su dueño,
y se fuga, y lo sigo,
amarrada a la oscura
relación que mantienen
mi cabeza y mi corazón.
Invento un tiempo dócil,
y un fragil protocolo
que no engaña a mi astucia.
El tiempo aguarda, quieto,
su espesor no se nota,
escondido en las grietas,
los dolores, las ruinas.
Los objetos me observan,
absolutos,extraños.
Y apresando lo eterno
me otorgan la derrota,
y la palabra exacta
para nombrar los años.
5 comentarios:
Gran elección este soneto del rosarino Mario Perone! Aunque le falta una partecita luego de "que no engaña mi astucia" que dice "de viejo cortesano". Y el cambio la palabra "mano" por "corazón" rompió la rima, pero es un detalle personal. Es muy bueno que se lo recuerde... saludos!
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